Ni en sueños. Los afantasmas (sujetos padecientes de afantasía) jamás podrán soñar. Transcurren una vida sin recuerdos, sin imaginación, sin siquiera pesadillas.
¿Qué significa tener una mente ciega para los viajes mentales que hacemos cada día cuando imaginamos, recordamos, sentimos y soñamos? plantea Alexei Dawes, uno de los autores de la investigación que se adentró en los laberintos de esta extraña incapacidad mental y agrega: "La afantasía desafía algunas de nuestras suposiciones más básicas sobre la mente humana. La mayoría de nosotros asumimos que la imaginería visual es algo que todo el mundo tiene, pero no es así " concluye el investigador.
Según fue descrita por sus estudiosos, la aphantasia (tal su nombre en inglés) es la imposibilidad de provocar construcciones visuales mentales, desterrando al cerebro humano a vivir en un mundo sin imaginación. Lo que llevado al plano de la cotidianidad se traduce en la impotencia absoluta de evocar los recuerdos mediante imágenes, y más aún: en el vallado total a la posibilidad de soñar y de proyectar en términos visuales. Y es que cuando descubrimos que la capacidad de recordar el pasado y de proyectar el futuro tiene grandes conexiones con la función neuronal de generar imágenes visuales, caemos en la cuenta de que la fantasía es mucho más vital para los seres humanos de lo que muchos creen.
Los afantasmas (sujetos padecientes de afantasía) tienen reducida su habilidad para recordar el pasado, imaginar el futuro e incluso soñar.
La explicación comúnmente aceptada sobre la afantasía —y también difundida por el experto en comportamiento cognitivo, Adam Zeman, principal referente en el tema— afirma que cuando corremos una memoria en la glándula pineal (nuestro “ojo mental”), estamos intentando reactivar los mismos patrones de actividad que en el momento cuando la memoria fue formada. Se trata de un procedimiento del cerebro que podría verse interrumpido de alguna manera, quizás por una falla en las neuronas encargadas de esta tarea. Por eso también es conocida como la ceguera mental que condena a los sujetos que la padecen a vivir sólo en y el instante.
Pero la afantasía no es el destierro definitivo de la vida de quienes fueran afantasmas, de cualquier tipo de ser imaginario. Intrincados y fascinantes mecanismos son activados por aquellos que quieren -a pesar de todo-, imaginar.
Ed Catmull, cofundador de Pixar, padece esta extraña condición que a pesar de impedirle imaginar, no le impidió - paradójicamente- nunca imaginar. Jamás logró dibujar mentalmente sus personajes, pero sí pensarlos. Él, junto a otros dibujantes como el ilustrador de La Sirenita, increíblemente no son capaces de cerrar los ojos y visualizar sus creaciones. Por el contrario, necesitan abrirlos para crearlos.
“La gente con afantasía puede pensar en una manzana, una puerta o un ser querido a la perfección, sólo que no pueden traer a su mente la imagen de esa cosa o persona”, afirma Zeman. Inclusive algunos pacientes con afantasía logran desarrollar un intrincado mecanismo mental para fabricar nuevos tipos de recuerdos, construidos a base de otros sentidos que almacenan como recuerdos. y de esta forma logran fabricar memorias conceptuales.
(Si usted cree sufrir de afantasía; al Dr. Zeman le encantará tener noticias suyas. Recibe testimonios vía mail a la siguiente dirección de correo electrónico: a.zeman@exeter.ac.uk)