“Para quien necesite, regalo leña seca de Álamo. Sólo traer en qué llevar”. Cosas que pasan en el Club de los Favores de Allen.

Buenas, ¿Alguien tendrá podas de rosas que regale o alguna plantita? Martita, tengo las plantitas recién se plantan a fines de agosto para ese mes la voy a sacar tengo varias.

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“La gente me sorprende con su nobleza. Hay muchos vecinos que piden alimento y cuando se lo vamos a llevar, ellos a cambio nos donan algo de lo poco que tienen para que se los hagamos llegar a los que tienen menos. Hace poco llevamos un poco de comida a una familia que vive en un casita detrás de la vieja Petrobras, y la mamá nos dio a cambio una lata de arvejas, ‘para quien las necesite’ nos dijo” nos cuenta Guillaume Pignol, el creador del “Club de los favores” de Allen.

"Regalo hijos de helecho"

“Al inicio de la cuarentena se creó el Club de los favores para realizar benévolamente compras para las personas más vulnerables frente al coronavirus. De inmediato surgieron muchos pedidos de alimentos y ropa y se demostró muchísima solidaridad a lo largo de estos meses.”

Guillaume es el francés detrás del Club, radicado hace más de 15 años en la rionegrina ciudad de Allen. Nos cuenta que en la actualidad ya son casi 4000 los miembros y que el número crece día a día. Y nos invita con un franco “Para sumarse sólo hace falta eso, sumarse.” 

"Tengo zapatitos de niños para regalar. Avisar. No reservo."

Como el grupo está abierto a todos; para asegurarse un correcto funcionamiento y una clara dinámica, regularmente Guille (como lo llaman) vuelve a recordar las reglas del grupo y así lo mantiene alejado de las discusiones políticas y religiosas.

"¿Alguien sabe la dirección de Candia el pintor?"


"Buenas, ¿Alguien tendrá podas de rosas que regale o alguna plantita? Martita, tengo las plantitas recién se plantan a fines de agosto para ese mes la voy a sacar tengo varias".

La nueva barrialidad 


“Buenas tardes. Busco zinguero.” “Hola grupo!!!Tengo para dar ropa de señora talle grande si necesitan escribanme.No reservo.” “Hola , alguien sabe si el dentista Vasilchin está atendiendo y cómo da los turnos?” “Alguien tendrá el número de Candia el pintor!!!?” “Hola alguien sabe cómo activar la tarjeta IFE?”.

Hace cuatro meses que en Argentina ya no hay reposera en vereda. No hay escobas en zaguanes -no de quince no de madera-. No “andá y te quedas con el vuelto”. No “a las 12 te quiero de vuelta”.

¿Dónde se fugaron la gauchada, el mandadito, el “me hago una escapadita”, el “¿me miras el nene?” y “le corto el césped doña”? 

Sospechamos que como las raíces de los árboles sepultados por citadinas baldosas hayan la manera de explotar la condena de vereda; nuestros instintos humanos hacia a la humanidad tienden redes hacia lo mismo. Y mientras desesperadamente anhelamos con deseo animal el acto pagano, anarquista, impuro, suicida, pecaminoso de volver a sentarnos a tomar mates juntos; creamos espacios como el “Club de los favores” para recordarnos cómo era sentirnos humanos. 

"La gente me sorprende con su nobleza", Guillaume Pignol.

Las imágenes son alegóricas.



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